PARA LA HORA DEL CAFÉ
PALABRA VS PALABRA Y
CHANTAJE VS CHANTAJE
Joel Sánchez
Rodríguez
@JoelSanRadar
En medio del
escándalo que desató la decisión del gobierno federal de “rescatar” la banda ancha
de 2.5 gigahertz del espectro radioeléctrico, que significa el retiro de las
concesiones a la empresa MVS-Televisión, propiedad del empresario Joaquín
Vargas, surge la versión difundida por este, de que la decisión asumida por la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), es una represalia por la recontratación
de la periodista Carmen Aristegui Flores y la línea editorial de su programa
MVS Noticias.
Suena creíble,
más cuando en el 2011 la comunicadora fue sacada del aire, bajo el pretexto de
haber violado el código de ética de MVS al no haber aceptado brindar una
disculpa pública a la presidencia de la República, por haber cuestionado en su
noticiero, si acaso eran ciertos o falsos los rumores de que el presidente
Felipe Calderón tenia problemas con el alcohol, si acaso era alcohólico, si o
no.
Joaquín Vargas
afirma haber recibido amenazas del titular de la SCT Dionisio Pérez-Jácome y
del ex-secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, ahora senador electo del
PAN, de quien dice, textualmente le indicó que si recontrataba a la periodista,
a su proyecto se lo llevaba la chingada.
Insisto, el
asunto es creíble, quien no tiene tanta credibilidad es el mismo Joaquín
Vargas, a quien los aludidos, acusan de ser él quien chantajeó al gobierno
ofreciendo a la periodista como “moneda de cambio” para que no le quitaran las
concesiones, sin que él tuviera que pagar los dos mil millones de dólares que
supuestamente valen y de los que él ofreció cubrir solo el 0.38% según la
dependencia.
Hay razones de
sobra para creer que los funcionarios son represores, pero también para suponer
que a MVS le interesa más conservar el negocio, que la suerte que pueda tener
Carmen Aristegui y el respeto a la Libertad de Expresión, que para ellos es la
oportunidad de ganar miles de millones de pesos utilizando un bien público como
lo es el espacio aéreo y que en esta ocasión bien les sirve como bandera para
decirse perseguidos del gobierno de Felipe Calderón, de quien hay que reconocer
que ha tenido errores, quizás muchos, pero que no cayó en la tentación de
perseguir periodistas y menos lo va a hacer en el ocaso del sexenio.
Cierto que el PAN
aprendió rápido del priismo a ejercer coerción en contra de periodistas, pero
el caso del retiro unilateral de la banda ancha, suena a chantaje por ambos
lados y se vuelve la palabra de uno contra la de los otros, tan dudosa la de él
como la de ellos; tan sospechosos los intereses de quien quiere utilizar una
concesión sin pagar por esta, como los de quienes se la quieren retirar para
favorecer a un monopolio siniestro y perverso como lo que persigue.
Pero en este
pleito de la Banda Ancha y la Banda Presidencial, sin duda alguna MVS tiene
derecho a pelear por su concesión y si en realidad se trata de un represalia
gubernamental, la solidaridad del gremio debe estar con Joaquín Vargas y Carmen
Aristegui, pero antes, debe la empresa televisiva pagar por utilizar los 2.5Mg,
quizás no una cantidad estratosférica como la que pretende la SCT sin siquiera
saber si lo fijado se justifica o no.
El asunto que
muchos citan como la palabra de MVS contra la palabra de la Presidencia, en
realidad parece ser chantaje contra chantaje, al menos así se ve.
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