¿Por qué no decirlo?
Buena
Música
Nunca
han escuchado expresiones como: “Esa sí es música” “Esa no es música” “Esa música
es comercial” “Esa música es basura” etc. Yo sí, y ha sido más de una vez en
las que yo y mi afán por discutir iniciamos un debate interminable preguntando:
¿Quién eres tú para decir qué es bueno y qué no? ¿En qué te basas? Y es que
muchas personas, según yo, con la intención de sentirse o reconocerse como
conocedores del medio musical, terminan por estereotipar y prejuzgar este arte
desacreditando el trabajo, de cantantes, músicos y compositores.
La
música, desde tiempos tempranos a los orígenes de las civilizaciones, ha sido
utilizada para comunicar y perpetuar ideas. Dicha expresión artística es
además, un gran referente histórico del contexto político, social y cultural de
determinado país o civilización. En la actualidad, más allá de una forma de
expresión, se ha transformado en una industria mundial y multimillonaria, donde
por razones lógicas de sociedades capitalistas e industrializadas, predomina
más el iteres pro vender que por difundir arte, cultura e ideas. Bajo esta
argumentación, lo supuestos “conocedores de música” dicen lo que es bueno y lo
que no. Por ejemplo, si un cantante firma para una casa disquera mundial, es
música comercial, por lo tanto ya no es buena música; pero si hay un grupo o
artista que trabaja de modo independiente, es garantía de que la música es
buena. Así pues, trabajos como los de Ninel Conde, Anahí, Thalía o Gloria
Trevi, en el caso de México, son desacreditados y reprobados instantáneamente
por el simple hecho trabajar para cierta compañía o porque gran parte de su
trabajo es vender imagen, sin embargo, no se les da la oportunidad de
considerar el trabajo musical o de composición que hay detrás de estas cantantes
donde muchas de ellas compositoras también.
En
mi necesidad por comprobar mi teoría, realice un pequeño experimento con un
amigo con el que, más de una vez, he discutido sobre este tema. Básicamente lo
que hice fue bajar una canción, aún no muy conocida (en ese tiempo), de la
cantante Gloria Trevi llamada “El Favor de la Soledad”, y le dije que la letra
era de una cantante española que sólo había sacado un disco en su vida. Después
de leerla, mi amigo me dijo que había sido una de las canciones más tristes y
hermosas que había leído y que le pasara el nombre de la cantante para que
buscara más trabajo de ella. Con la alegría de haber comprobado mi teoría, le
dije con entusiasmo, ¡Gloria Trevi!, por supuesto que al principio no me creyó,
pero al enviarle la cancón y la página de donde la saqué, se quedó pasmado y
sin saber qué decirme. Más tarde, yo triunfante del debate que habíamos
sostenido mi amigo y yo por años, le dije que entendía el argumento que me daba
sobre la comercialización musical, sin embargo, le sugerí que no estereotipara a la música de esa manera, que
si bien la mayoría de esos artistas lo que busca es vender, podemos encontrar
cosas que nos conmuevan y que consideremos buenas. Finalmente cuando una
canción o melodía te despierta emociones de cualquier tipo, puede ser
considerado arte, y por lo tanto buena música.
Paco
Arteaga
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