LETRAS QUE SE LLEVA EL VIENTO
Por Elisa Soto
PORQUE TODAS TUVIMOS UN FRIJOL…
Hace
ya muchos años, de hecho demasiados, en los cines se estreno la ya tan conocida
película Amarte duele. Todas y todos, o al menos la mayoría de los adolescentes
y jóvenes de esa época, quedaron fascinados con la historia de amor entre la
niña rica y el chico banda que se enamoran, renuncian a todo para vivir su
amor.
Unas
noches atrás, en una conversación, un amigo menciono que las chicas que vieron
esa película, al menos en ese tiempo tuvieron su frijol, frase inmortalizada de
la película, pues es el momento en que Renata, la protagonista, decide irse con
Ulises.
Y
creo que así fue, al menos muchas de mis amigas tuvieron su frijol hasta yo
tuve mi propio frijol, quizás tenía que ver con el ambiente en el que estaba. Y
porque no hacerle un homenaje a mi frijol que hizo que pasara los mejores
momentos de mi adolescencia.
Es
complicado cuando la persona con la que decidiste pasar un tiempo, no es
aceptada por tus padres, creando una situación desagradable que hace aun más
emocionante la relación, por qué, primero porque es lo prohibido y segundo
porque es pura adrenalina el saber que te pueden atrapar con las manos en la
masa.
Ahora
que recuerdo todo lo que hice y deje de hacer por estar con él, no me arrepiento,
porque marcó parte importante de mi vida e hizo que me divirtiera en cualquier
momento. Que no me convenía, si es algo que muchos me decían pero en su momento
yo lo disfrute como no tienen idea.
Pero
como todo, esa emoción se desgasto y yo deje a mi frijol, que en algún momento
creí que podría escribir, junto a él, mi
propia historia de Amarte Duele. Una fantasía que termino por derrumbarse pero
que trajo consigo otras historias igual de importante y que marcaran mi vida.
Porque
los amores de adolescencia jamás se olvidan, y perduraran en la memoria tal vez
para crear en tu cara un buena sonrisa al recordar las cosas que hiciste por
esa persona.
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