No Podemos Estar Enfermos
¿Por qué no decirlo?
¿Por qué no decirlo?
La
insuficiencia de los servicios médicos siempre ha sido un problema para nuestro
país, dejando muchas veces sin uno de los derechos primordiales para cualquier
ser humano: El derecho a la salud.
La
semana pasada, tuve la desfortuna de enfermarme de una infección muy fuerte en
la garganta. Como mi economía no estaba –y no está- para pagar un médico
particular, me vi en la necesidad, por primera vez después de muchos años, de
recurrir al Seguro Social que como estudiante me corresponde.
Esperando
que me atendieran lo más pronto posible, llamé para solicitar mi consulta con
el médico general. La atención fue amable, sin embargo, la telefonista me dijo
que la consulta disponible más cercana era dentro de veinte días. ¡Veinte días!
– Exclamé - Le dije que no era posible porque yo me sentía muy mal, y
necesitaba que me atendieran cuanto antes. Ella me dijo que lo mejor que podía
hacer es ir temprano al siguiente día y esperar a que algún paciente no vaya
para que yo tomara su lugar. Eso significaba una cuestión de suerte, porque
podía ir a las ocho de la mañana y ser atendido inmediatamente o hasta las
cuatro de la tarde, a reservas, obviamente, de que alguno de los pacientes no
fuera.
Le
expliqué que su sugerencia era para mí casi imposible ya que, aparte del
malestar, no podía disponer de todo el día por mis clases en la escuela y las
prácticas profesionales. Ser atendido en urgencias era mi última opción, pero me
explicó que para entrar a urgencias tenía que estar prácticamente moribundo,
desmayado, con sangre o alguna fractura.
Molesto
reservé mi cita médica para la fecha que me sugerida, sin embargo, es obvio que
jamás iré a dicha cita pues al día siguiente de reservar, la infección empeoró,
y tuve que ir a un médico particular, el cual por fortuna, pudo aliviar mi
malestar.
La
anécdota anterior, refleja un problema muy grande en el sistema médico
mexicano. Y es que el inconveniente más destacado, es precisamente la falta de
personal para atender el número de pacientes que lo necesitan. Agregado al
problema de salud, para muchos estudiantes es frustrante y demasiado complicada
la exigencia por parte de nuestra universidad de sólo justificar inasistencias
con recetas médicas de clínicas gubernamentales, ya que la eficiencia de dichos
centros médicos no es la mejor, y nos hace más complicada la situación y el
trámite.
¿Qué
garantía de salud o bienestar tenemos, si cuando se nos presenta alguna
necesidad médica no puede ser atendida sino veinte días después? ¿Tenemos que
estar prácticamente muriéndonos para que nos atiendan? Entiendo la desconfianza
que se les da a los alumnos para justificar inasistencias a través de citas
médicas, pero, ¿Por qué no darnos esa facilidad con recetas médicas de
consultorios particulares si en las instituciones gubernamentales no podemos
ser atendidos?
Si
nos ponemos a pensar, todo esto es en el supuesto de que tuviéramos el dinero
suficiente para pagar un médico particular, pero ¿qué pasa con las personas que
en verdad no tienen ni un quinto para poder pagarlo y tienen que esperarse los
veinte días o estar toda la mañana y tarde esperando a ser atendidas?
Mucha
gente argumenta que la raíz del problema es la corrupción en el país. El
gobierno no dispone para el sector médico – al igual que en todos los sectores-
lo que debería. El sistema burocrático y jerárquico que rige a México tampoco
ayuda en nada. Pues del presupuesto destinado para determinada área, termina
llegando sólo una pequeña parte, porque los recursos ya pasaron por muchas
manos donde cada una, – por costumbre, cultura o tradición – ya ha tomado su
parte del pastel.
Si
bien sabemos que la corrupción del país no va a desaparecer de la noche a la
mañana, considero que se debe de tomar en cuenta situaciones como está para que
puedan hacernos la vida un poco menos complicada. En el caso de los
estudiantes, muchas veces no es nada práctico hacer uso del servicio médico
gubernamental por la ineficiencia y el tiempo que se tarda. Por cuestiones
administrativas y escolares sería más sencillo que se nos diera la facilidad
para justificar inasistencias con cualquier tipo de receta médica y evitar
situaciones como la que un servidor tuvo que pasar.
Paco Arteaga
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