lunes, 12 de noviembre de 2012

La música para nuestro organismo


La música para nuestro organismo

Por Daniela Reynoso
@nany_ela
Como primer tema he elegido el efecto de la música para nuestra salud pues se han hecho experimentos que demuestran cómo una melodía un tanto calmada ayuda a la circulación sanguínea mientras que las canciones más alocadas suben la presión.
Se sabe que la música en general es un gusto común entre los habitantes de este planeta; no importando las tendencias de cada quién, la música unifica con su sonido, sus ritmos, letras y voces, pero existe un motivo por el cual se prefiere determinado género de melodías, y éste motivo no siempre es consciente.
Los principios que rigen la música: el ritmo, la melodía, la armonía, la altura y el timbre, producen efectos diferentes en nuestro organismo. El ritmo es el pulso de la vida, e influye en todos los estados físicos. Los ritmos regulares y enfocados restauran los ritmos naturales del organismo. Una melodía que le resulte agradable apaciguará y modificará las tensiones emocionales y mentales, por lo que será de mucha ayuda tararearla para limpiar el estrés luego del trabajo.
Muchos pueden no notarlo, sin embargo existen estudios científicos que demuestran el efecto de escuchar cualquier tipo de música con ciertos tonos. De acuerdo con una reciente revisión publicada en la revista Nature Reviews Neuroscience por Nina Kraus, de la Universidad Northwester (EE UU), durante el entrenamiento musical para tocar un instrumento se establecen conexiones neuronales que mejoran también otros aspectos de la comunicación humana. No sólo mejora la expresión verbal, sino que puede ser un apoyo en lo referente al deporte ya que científicos de la Universidad de Brunel demostraron en 2008 que al escuchar los géneros rock y pop, se puede aumentar la resistencia al ejercicio físico intenso hasta un 15%.
¿Cree usted que ayude en la circulación sanguínea?
Michael Miller y sus colegas, de la Universidad de Maryland, comprobaron que el diámetro de los vasos sanguíneos, medido en la parte alta del brazo, aumenta un 26% con nuestra música favorita. En contraste, la música que calificamos como estresante hace que los vasos se contraigan un 6%. Los experimentos mostraron también que escuchando canciones que invitan a reír los vasos sanguíneos se dilatan un 19%, mientras que la música relajante produce una expansión del 11%.
Así que disfrutar de este arte no es sólo degustación del alma, sino del cuerpo también.

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