Los
Dineros Imposibles
¿Por qué no decirlo?
¿Por qué no decirlo?
Uno
de los grandes problemas para muchos estudiantes, más que las demandas
académicas, es la falta de recursos económicos, ya que muchas veces no nos
permiten desempeñar un buen papel en nuestras instituciones educativas. Esta
situación provoca, en la mayoría de los casos, que nuestro aprovechamiento se
vea limitado, puesto que estamos más preocupados por el “qué vamos a comer” o “cómo
vamos a conseguir dinero” que en las clases o nuestros deberes como
estudiantes.
Agregando
la crisis económica que atraviesa nuestro país, cada vez más estudiantes se
encuentran en una situación monetaria adversa la cual no les permiten continuar
con sus estudios o no pueden desempeñar un papel competitivo. Es por esto que
en los últimos semestres la demanda y solicitudes de becas ha crecido
considerablemente. Sin embargo, los que hemos intentado conseguir una, sabemos
que es un proceso largo, tedioso y frustrante, lo que hace que muchos desistan
a pesar de que sí lo necesitan.
Los
procesos para otorgar becas siempre han sido muy largos. Por una parte es
entendible, ya que en teoría, si queremos una selección y otorgamiento justo de
las becas, es imposible realizarla de la noche a la mañana. Sin embargo, son
requeridos infinidad de cuestionarios, documentos y firmas que muchas veces no
están bien diseñados y por lo tanto, no se puede hacer una selección honesta y
justa.
Lo
anterior, es una de las razones principales por las que los procesos de
selección de becas son frustrantes. Es deprimente ver y enterarse que algunas
veces los apoyos son otorgados a personas que no los necesitan, o que su
situación no es peor que la nuestra. Y esto se debe precisamente que los
cuestionarios aplicados para la selección so precarios y las preguntas sólo dan
un panorama superficial de la situación familiar y económica del estudiante.
Por
ejemplo, en los cuestionarios es solicitado el ingreso de tu padre y de tu
madre, sin embargo, no te preguntan si los dos apoyan en tu educación o si sólo
uno o ninguno, aun cuando vives con ellos. Así, a raíz de dichas situaciones
los estudiantes nos vemos obligados a mentir en los cuestionarios, todo con el
afán de que se nos dé el apoyo que tanto necesitamos. Algunas veces los
estudiantes declaran a través de los formatos, que viven en condiciones
precarias, pero esto tampoco es garantía para que se otorgue el apoyo. Algunos
también crean formulas con las cuales – según sus autores- es casi seguro que
te den la beca: “Di esto, pero no digas aquello. Exagera aquí, no exageres
allá”.
Muchos,
que tal vez no son los más perseverantes, desisten de tramitar el apoyo, ya que
son más de tres veces en las cuales se les ha negado, y se encuentran
indispuestos a gastar dinero, tiempo y esfuerzo para solicitar un dinero que es
casi imposible de conseguirlo. Otros persisten, algunos nunca se las otorgarán,
y unos pocos, son bendecidos con el apoyo.
Es
importante decir que las instituciones que otorgan las becas, deberían de
rediseñar sus cuestionarios y la manera en que seleccionan a los becarios, ya
que la opinión de los estudiantes sobre los mismos es pésima, y comprueba que
no hay una satisfacción de las necesidades requeridas en la comunidad
estudiantil. Sabemos que los recursos no son muchos, y precisamente por ello se
debe de realizar un proceso de selección más justo y riguroso que permita que
el beneficio se otorgue a quien verdaderamente lo necesita.
Paco
Arteaga
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